Michelle jacotey

Tra più di 4.000 tombe, quella della signora María Chun, o La China, che morì il 19 settembre 1966. Il suo necrologio indica che arrivò a Mérida, nello Yucatán, nel marzo 1900 - dalla Corea - e poi a Chetumal, precedentemente città di Payo Obispo. “64 anni di essere qui. Senza il potere di Dio, non c'è capriccio. " Nella tomba di La China, c'è un busto che si dice sia stato mandato a fare per se stessa, proprio per quella che sarebbe stata la sua ultima dimora. La sua peculiare storia è raccontata da molte persone, che commentano che questa donna viveva in una casa di legno, in uno dei viali principali di accesso alla città, che un tempo era l'unico accesso. La donna viveva sola e acquisiva il posto dove sono oggi i suoi resti; così come la sua cripta e il busto, che aveva arruolato in caso di morte. Dicono che periodicamente, la donna visitava e puliva la propria tomba e portava persino fiori. Maria, comprò anche la sua bara che prestò anche ai suoi vicini e che in seguito si rifornirono, credeva che quando non sarebbe morto nessuno l'avrebbe visitata. “Racconta la storia che, con il passare degli anni, María Chun, sentendo la morte sempre più vicina, preparò il suo funerale, senza contare i parenti; Mandò a fabbricare la sua tomba e una bara che teneva in piedi in un angolo della sua drogheria e negozio di frutta, questo causò il terrore dei bambini e delle famiglie di Chetumalena. Si dice che durante l'attesa della sua fine si siano verificati molti altri decessi e più volte ha venduto o rinunciato alla sua bara ”, afferma Manuel Carrillo. Attualmente, la tomba di La China, viene pulita e mantenuta dalle autorità del consiglio comunale. Entre más de 4 mil tumbas, está la de doña María Chun, o La China, quien murió el 19 de septiembre de 1966. Su obituario señala que llegó a Mérida, Yucatán, en marzo de 1900 –proveniente de Korea-, y luego a Chetumal, antes ciudad de Payo Obispo. “64 años de estar aquí. Sin poder de Dios, no hay capricho”. En la tumba de La China, se observa un busto que según cuentan, fue mandado a hacer por ella misma, precisamente para la que sería su última morada. Su peculiar historia es contada por mucha gente, quienes comentan que esta mujer vivía en una casa de madera, sobre una de las principales avenidas de entrada a la ciudad, que antes era el único acceso. La mujer vivía sola, y adquirió el lugar en donde hoy se encuentran sus restos; así como su cripta y el busto, que tenía alistado en caso de su muerte. Cuentan que periódicamente, la mujer visitaba y limpiaba su propia tumba, e incluso llevaba flores. María, compró también su ataúd que prestaba incluso a sus vecinos y que posteriormente reponían, creía que cuando muriera nadie la visitaría. “Cuenta la historia que, al transcurrir los años, María Chun, sintiendo la muerte cada vez más cerca, realizó los preparativos de su funeral, al no contar de familiares; mandó a hacer su tumba y un ataúd que mantenía parado en una esquina de su tienda de abarrotes y frutas, esto provocaba el terror de los niños y familias chetumaleñas. Se dice que mientras esperaba su fin ocurrieron muchos otros decesos, y varias veces vendió o cedió su ataúd”, cuenta Manuel Carrillo. Actualmente, la tumba de La China, es limpiada y mantenida por las autoridades del ayuntamiento.

Michelle jacotey

Leggenda di Juan del Monte Leggende brevi Leggenda dello stato di Quintana Roo in Messico Nelle città Maya dello stato di Quintana Roo, nella giungla, vive Juan del Monte, lo chiamano così. Le persone commentano che devi prenderti cura di lui, che non dovresti prestare attenzione quando lo ascolti quando entra nella giungla, perché ti fa perdere in esso, ti cammina chilometri nell'entroterra, imitando la voce di una persona cara e facendoti Segui quella chiamata. È il vento che parla. Un pancho, un ragazzo maya di sette anni, molto vivace, è stato inviato da sua madre Dona Justina che usa sempre hipil e un grande fiocco rosso che adorna i suoi capelli, le ha chiesto di portare il cibo e il pozole a suo padre che era nei pascoli , non lontano, ma è sulla montagna, ma camminava dove sapeva, su un marciapiede sulla strada sentì la voce di suo padre che diceva "eccomi caldo, vieni qui", udì chiaramente gli zoccoli del cavallo che suo padre aveva montato, secondo lui, seguiva il rumore del jogging del cavallo, e di tanto in tanto Juan Del Monte urlava con la voce di suo padre "eccomi ancora a camminare", Pancho non lo raggiunse mai, non raggiunse il paddock di dove il padre non si è mai trasferito, né a casa sua, si è perso nella boscaglia. Più tardi suo padre, Don Homobono, andò a cercarlo e quando lo trovò, si perse da una parte completamente diversa. Leyenda Juan del Monte Leyendas Cortas Leyenda del Estado de Quintana Roo mexico En los pueblos mayas del estado de Quintana Roo, en la selva, habita Juan del Monte, así le llaman. La gente comenta que hay que cuidarse de él, que no hay que hacerle caso cuando lo escuches al entrar a la selva, pues hace que te pierdas en la misma, te encamina a kilómetros monte adentro, imitando la voz de un ser querido y haciéndote seguir ese llamado. Es el viento que habla. A pancho, un niño maya de siete años, siendo muy vivaz, lo mandó su mamá doña Justina quién siempre usa hipil y un gran lazo rojo adornando su cabello, le pidió que le llevara la comida y pozole a su papá que estaba en los potreros, no muy lejos, pero es en el monte, sin embargo el caminaba donde él sabía, en una vereda del camino oyó la voz de su papá que le decía "aquí estoy pancho, ven por acá", el oyó claramente los cascos del caballo que tenía montado su papá, según él, estaba siguiendo el ruido del trotar del caballo, y de vez en cuando Juan Del Monte gritaba con la voz de su papá "aquí estoy sigue caminando", pancho nunca lo alcanzó, no llegó al potrero de donde el papá nunca se movió, ni tampoco a su casa, se perdió en el monte. Posteriormente su papá don Homobono lo fue a buscar y cuando lo encontró, él estaba perdido por otro lado completamente distinto.

Michelle jacotey

Xtabay (se pronuncia esh-ta-bai): una mujer yucateca fantástica, con cabello largo y oscuro y vestido blanco. Similar a una sirena, la Xtabay se desliza flotando entre las espinas puntiagudas de un grandioso árbol: la ceiba. Allí, se cepilla el pelo y espera a los hombres borrachos y perdidos que se encuentran dando tumbos en la noche. Bajo ese estado alterado en los hombres, ella los seduce y conduce a métodos curiosos de tortura, que a veces terminan en la muerte, arrojándolos al agua, al inframundo. Aún hoy, los hombres en todo Yucatán reportan encuentros con la misteriosa Xtabay. Ella suele salir de caza cuando los hombres sufren de delirios y visión borrosa. El origen de la Xtabay proviene de la leyenda maya de dos atractivas hermanas con diferentes personalidades que vivían en un remoto pueblo de Yucatán: Xkeban y Utz-Colel. Xkeban era emocional, cariñosa y sexualmente liberal. Tenía muchos amantes y era conocida por su humildad. Ella compartió todas sus pertenencias con animales callejeros y personas sin hogar, a pesar de que se le consideraba pecadora. Utz-Colel era una mujer de rígida pureza, considerada casta y correcta de acuerdo a los estándares sociales. Ella era igualmente hermosa, pero tenía una opinión condescendiente sobre su hermana. Para sorpresa de Utz-Colel, cuando Xkeban murió, un perfume dulce y delicioso llenó el aire de todo el pueblo. Un pequeño grupo se reunió para enterrar su cuerpo, y de su tumba crecieron flores de aromas y fragancias, incluyendo al Xtabentún, que es la flor del licor tradicional que todavía se consume en la actualidad. Utz-Colel se sorprendió por esta belleza que la muerte de su hermana inspiró. Altivamente pensó que su propia muerte sería más celebrada. Cuando ella murió, todo el pueblo fue a su funeral, pero había un hedor malvado en el aire, y de su tumba creció una planta cactácea puntiaguda llamada «tzacam». Infeliz con esto, Utz-Colel pactó una venganza con la muerte y ahora regresa a la tierra de los vivos como Xtabay, dedicada a seducir y castigar a los hombres rebeldes. El maestro de una escuela secundaria local, Edgar Pérez Aguilar, me explicó que la leyenda fue modificada por los sacerdotes de la colonización para crear orden y disciplina. Usando los símbolos mayas originales, los sacerdotes manipularon las leyendas para promover la colonización. Por ejemplo, en esta leyenda, el árbol de ceiba sagrado se asocia con la oscuridad, como un símbolo misterioso del mal. Al transformar el significado del árbol de bueno a malo, los colonizadores podían promover el cristianismo como salvación. Como resultado, la leyenda es considerada «mestiza», una combinación de cultura indígena y española.

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66