Michelle jacotey
Mundaca, il pirata impazzito d'amore È un uomo forte e in grado di affrontare qualsiasi nemico che cerchi di rubare il suo tesoro, ma incapace di non sottomettersi al fascino della sua amata "Bruna". Quello è Mundaca, il pirata impazzito d'amore. Si dice che il pirata si rifugiò a Isla Mujeres dopo aver affrontato i suoi vari avversari sulla costa caraibica, ma quando si stabilì sull'isola due anni dopo aveva già accumulato una notevole fortuna durante i suoi viaggi. Il suo arrivo a Isla Mujeres sarebbe stato uno spartiacque della sua vita, il riluttante pirata cedette al fascino di Martiniana Gómez Pantoja, che chiamò "La Trigueña", una donna con capelli lunghi, ondulati, sottili, occhi verdi e pelle abbronzata Sole caraibico, da qui il suo pseudonimo. Mundaca, vagava di notte sulle spiagge di Isla Mujeres, verso la città in cui viveva la sua amata, che contemplava da lontano; molti lo sentirono piangere nel giardino che lui stesso aveva creato per la sua "bruna". Il pirata nella sua follia scolpì porte e panche con il suo nome nella fattoria e incise su una pietra tombale con i simboli del pirata, il teschio con le ossa incrociate e accompagnato dalla frase: "Cosa sei, ero ... Cosa Allora lo sarò ”. Anni dopo, Mundaca lasciò l'isola per vedere che la sua amata aveva sposato un altro uomo di Isla Mujeres con il quale aveva avuto diversi figli, molti credono che il pirata morì nella città di Mérida, dove lo videro persino girovagare ripetendo “vivere senza amore Non sta vivendo. " Altri dicono che è tornato alla pirateria e si è arenato su un'isola maledetta e sebbene sia riuscito a partire, Mundaca è stato lasciato su una nave temporanea senza saperlo, è tornato a Isla Mujeres, ma la sua proprietà è stata abbandonata e la sua amata era già morta da 30 anni. Mundaca è stato visto in "Capitan Uncino" a bordo del suo galeone spagnolo insieme ad altri pirati che navigavano lungo la costa di Cancún. Lo sentono ancora piangere per la sua "mora", anche se pochi sanno che è stato nella stessa nave temporanea per 150 anni. Mundaca, el pirata que enloqueció de amor Es un hombre recio y capaz de enfrentarse a cualquier enemigo que intenta robarse su tesoro, pero incapaz de no someterse ante los encantos de su amada “Trigueña”. Ese es Mundaca, el pirata que enloqueció de amor. Se cuenta que el pirata se refugió en Isla Mujeres después de haber enfrentado a sus varios adversarios en las costas del Caribe, pero cuando se instaló en la isla dos años después ya había acumulado una considerable fortuna durante sus viajes. Su llegada a Isla Mujeres sería un parteaguas su vida, el reacio pirata sucumbió ante los encantos de Martiniana Gómez Pantoja, a quién la llamó “La Trigueña”, una mujer de cabello largo y ondulado, esbelta, de ojos verdes y piel bronceada por el sol del Caribe, de ahí su seudónimo. Mundaca, vagaba por las playas de Isla Mujeres en las noches hasta el poblado donde vivía su amada, a quien contemplaba de lejos; muchos lo escuchaban llorar en el jardín que él mismo hizo para su “Trigueña”. El pirata en su locura talló puertas y bancas con su nombre en la hacienda y grabó en una piedra sepulcral con los símbolos del pirata, la calavera con los huesos cruzados, y acompañado de la frase: “Lo que tú eres yo fui… Lo que yo soy luego serás”. Años después, Mundaca abandonó la isla al ver que su amada se había casado con otro hombre de Isla Mujeres con quien procreó varios hijos, muchos creen que el pirata murió en la ciudad de Mérida, en donde incluso lo vieron deambular repitiendo “vivir sin amor no es vivir”. Otros más cuentan que volvió al pirataje y encalló en una isla maldita y aunque logró salir, Mundaca quedó en un buque temporal sin saberlo, regresó a Isla Mujeres, pero su hacienda estaba abandonada y su amada, ya había fallecido desde hacía 30 años. A Mundaca lo han visto en “Capitán Hook” a bordo de su Galeón Español junto a otros piratas navegando las costas de Cancún. Aún lo escuchan llorar por su “Trigueña”, aunque pocos saben que está en el mismo barco temporal desde hace 150 años.
Michelle jacotey
Legends of Quintana Roo Mexico: i fantasmi di Chetumal I dipendenti del Palazzo Comunale di Othón P Blanco Chetumal affermano che si sentono passi, mormori e fantasmi compaiono nelle sale. Le leggende di Quintana Roo, come in altri stati della Repubblica messicana, fanno parte delle tradizioni e del patrimonio popolare, il Palazzo Comunale di Chetumal occupa un posto speciale per i suoi fantasmi che si dice attraversino le sale del palazzo del governo. L'edificio è la tipica costruzione antica e tradizionale di luoghi con storia e storie delle generazioni passate che vivono nella regione. I dipendenti del Palazzo Comunale di Othón P Blanco, la capitale di Chetumal, affermano che si sentono passi, sussurri e fantasmi compaiono nelle sale. La leggenda, secondo la gente del posto, è perché questa proprietà era una volta utilizzata come prigione all'inizio del secolo scorso, dove venivano commessi tutti i tipi di abusi. In uno dei passaggi storici della regione si dice che la legge di fuga fosse applicata ai prigionieri come divertimento per i guardiani in quel momento. Leyendas de Quintana Roo mexico : los fantasmas de Chetumal Empleados del palacio Municipal de Othón P Blanco Chetumal cuentan que se escuchan pasos, murmullos y aparecen fantasmas en los pasillos. Las leyendas de Quintana Roo al igual que en otros estados de la República Mexicana, es parte de la tradiciones y herencia popular, el Palacio Municipal de Chetumal ocupa un lugar especial por sus fantasmas que se dicen recorren los pasillos del edificio de gobierno. El edificio es la típica construcción vieja y tradicional de lugares con historia e historias de las generación pasadas que vivian en la región. Empleados del palacio Municipal de Othón P Blanco, la capital Chetumal, cuentan que se escuchan pasos, murmullos y aparecen fantasmas en las pasillos. La leyenda, según los lugareños, es porque esta propiedad en algún momento fue utilizada como prisión a principios del Siglo pasado en donde se cometieros todo tipo de tropelías. En uno de los pasajes históricos de la región se cuenta que a los prisioneros se les aplicaba la ley fuga como diversión de los celadores en ese tiempo.
Michelle jacotey