Michel Morales Saura
«TÚ TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO» Entrevista realizada a: MOUSSA AG ASSARID (Touareg, nómada del desierto). Recomiendo leer a todo el mundo. No sé mi edad. Nací en el desierto del Sahara, ¡sin papeles! Nací en un campamento nómada Tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo. - ¡Qué turbante tan hermoso! - Es una fina tela de algodón. Permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través. - Es de un azul bellísimo. - A los Tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados. - ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil? - Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los Tuareg, es el color del mundo. - ¿Por qué? - Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa. - ¿Quiénes son los Tuareg? - Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh. - ¿Cuántos son? - Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio. Yo lucho por preservar este pueblo. - ¿A qué se dedican? - Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio. - ¿De verdad tan silencioso es el desierto? - Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo. - ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez? - Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba. Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre. Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él! - ¿Sí? No parece muy estimulante. - Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas. Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua. - Saber eso es valioso, sin duda. - Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor! - Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no? - Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es! - ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa? - Vi correr a la gente por el aeropuerto. ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro. - Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja. - Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer? me pregunté. Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida. Vi correr el agua y sentí ganas de llorar. - Qué abundancia, qué derroche, ¿no? - ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso... - ¿Tanto como eso? - Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendr
Michel Morales Saura
De acuerdo a las proyecciones, el sistema meteorológico avanzaría durante las próximas horas hacia territorio mexicano como un huracán de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson
Michel Morales Saura
Comments 1 20