Giusy Gil Mammana Parisi

El diario de Fermina: cap. XI

2020-06-12 22:16:26

Queridos estudiantes, aquí hay el término "charla". En otros países latinoamericanos se utiliza "plática", pero en Argentina prefieren charla (o conversación, igual que en España). Charla es una conversación más informal y amistosa. Aparece, en el final, otro ejemplo del voseo.

CASTILLO DE MENTIRAS: acto segundo

Sólo tenía que ser una visita informal entre amigos, donde teníamos que encontrar a los pibes de la compañía, entre los cuales a Byron y, por supuesto, a mi querido William para pasárlanos entre una y otra charla, pero lo que ocurrió fue que una vez allí nos invitaron a jugar al tenis. Toda la gente de alcurnia de Argentina sabe jugar al tenis y hasta mansiones menores de la de los Esquivel o de los Romero tienen una cuadra. Cinco siglos atrás hasta los pobres a veces jugaban al tenis. Y durante los tiempos de mi abuela fue uno de los deportes favoritos de la clase media. Pero lo que conocemos como Grande Depresión, la crisis financiera y económica que no para de persiguir a casi todo el mundo hace por lo menos quinientos años, produjo varios cambios. Los deportes fueron afectados: se dice que había un juego, lo que en los libros de historia se conoce con el nombre de fútbol. Ese juego desapareció de las grandes canchas de ajedrez hace cinquenta años. Bueno, eso es lo que los libros dicen, que en las canchas de ajedrez había ese tal de fútbol. Y el tenis, eso sí que todavía existe, pero hace rato no es más un deporte tan popular ni para la clase media. Elisa y yo no somos gente de alcurnia ni de la clase media, somos hijas de obreros, pero ninguna de las dos estaba dispuesta a contar la verdad. Por lo tanto, nos dirigimos hasta los vestidores que nos indicaron, pensando, mientras tanto, en que explicaciones inventar por jugar tan mal una vez que empezara el tenis. 

-Podemos contarles que nos duelen los codos...- Elisa empezó tímidamente, cuando fuimos a solas. 

-A las dos al mismo tiempo? No, es mejor que vos digas que te duelen los codos y yo les cuento que perdí la costumbre al juego desde que el doctor me prohibió los deportes en las afueras. 

-¿Por?

-Bueno...porque el aire me sentaba mal y tuve que parar con el tenis.

-Y se lo van a creer?

-Eso espero...