Giusy Gil Mammana Parisi

El diario de Fermina: cap. VII

2020-05-30 00:01:02

Hola queridos estudiantes, hoy encontramos 2 palabras coloquiales argentinas: pibe/pibes = chico/chicos; forrado/forrada/forrados/forradas = adinerado/adinerada/adinerados/adineradas

ARENAS MOVEDIZAS: acto primero

No, esto nadie se lo va a creer. Mejor dicho, nadie se va a creer que al cabo de unas semanas, las dos, yo y mi amiguita Elisa nos quedamos envolucradas en un castillo de mentiras que ni en los sueños mas desenfrenados nos hubiéramos imaginado. Y lo peor me tocó a mi, pues me cayó por encima una acusación de un delito que nunca cometí: el hurto de un collar precioso que según lo que dicen, cuesta billones de pesos. Una joya que ni siquiera vi en toda mi vida. 

¿Quieren saber cómo pudo ocurrir? Se lo voy a contar. Pero, vamos despacio. Los dejé con la travesura de Elisita. La razón de su actitud fue el haber conocido, hace unos días, a un grupo de estudiantes del último año de la secundaria. En nuestro complejo escolar acaban de construir un lindo teatro y, claro, Elisita no podía dejar de ir a verlo, como que estudia artes. Cuando llegó, estaban esos pibes, alumnos que cursan asignaturas técnicas y escenografía, amigos entre sí. Y entre ellos, uno que, al parecer, la hizo enamorar locamente. Me dijo que se llama Byron, que es alto, guapo y de ojos azules. Según la descripción de mi amiguita, tiene una larga melena rubia y rizada que tanto le recuerda a su actor favorito por quien anda babeando todas las veces que lo ve a la tele...detalle que, claro, nadie de su familia sabe. La regañarían, sobre todo su hermana Carlota, por soñar con algo tan utópico, imposible de conseguir. 

Al parecer, esos pibes pertenecen a familias elitarias y distinguidas, gente de alcurnia. Mi amiga es muy guapa y llamativa, por lo tanto no es de extrañar que les gustó y entonces la invitaron a salir con ellos. Si en su lugar estuviera yo, por cierto habría ocurrido lo de siempre, cada vez que conozco a nuevos alumnos en el complejo escolar: burlas, más burlas y los apodos de cachetona y pitufo.

Pero, cuando por fin le preguntaron sobre su dirección, a Elisa -pues claro, no quería que el distinguido Byron se enterara de que es hija de un simple jardinero- se le ocurrió nada más decirles que vive en la enorme mansión de los Romero, una de las familias más forradas e influyentes de toda Argentina...