FALSOS MITOS (parte segunda)

1- Abandonar los prejuicios y reforzar la confianza

Es fundamental hacerlo con los estudiantes ya desde las primeras clases. Personalmente les animo a que tengan confianza en ellos mismos y les llevo a pensar que serán capaces de obtener los resultados establecidos. Si como profesores no creemos en nuestro estudiantes, es difícil que ellos lo hagan por su cuenta.

2- Utilizar un método preciso y seguir las instrucciones técnicas

Desconfiad de esos cursos que no tienen un programa didáctico. No se puede aprender el arte de la orfebrería como autónomos, de hecho existen técnicas de postura universales que hay que conocer y si lo hacéis por vuestra cuenta los resultados no serán buenos.
Además, el cuerpo ‘registra’ los movimientos repetidos y así crea una memoria de los gestos: si aprendéis mal la postura ya desde el principio será muy difícil corregirla a mitad del camino.
Al contrario, si la aprendéis bien, os daréis cuenta de que vuestras manos, en cierto momento, trabajarán con soltura, como si no necesitaran vuestro control.

3- Vaciar la mente y centrarse en el objeto

Para decirlo en inglés: Mindfulness.
Trabajar mientras se hacen o se piensan otras cosas no puede pasar en el campo de la artesanía.
Trabajar con las manos requiere un alto nivel de concentración y dedicación: tendréis que aprender a ‘estar presentes en el presente’, con los cinco sentidos bien activados y centrados en el objeto que estáis realizando.
De esta manera podréis desarrollar una sensibilidad especial y entraréis en conexión con el metal que estáis trabajando. Podría parecer un concepto un poco new age pero os aseguro que llegar a tener una conexión total con lo que estáis haciendo os dará la sensación de estar casi en otra dimensión. Por eso trabajar con las manos es casi como hacer meditación.

4- Perseverancia, paciencia y pasión

‘Paciencia’ es la palabra clave para aprender este arte.
Me refiero sobre todo a la paciencia que se necesita al principio, antes de que podáis ver los primeros resultados. Este es uno de los obstáculos más difíciles que hay que superar: como sabéis, vivimos en una sociedad del ‘aquí y ahora’, en la que nos hemos convertido en consumidores hambrientos que quieren resultados rápidos. De hecho dejar de creer en algo y rendirse es muy frecuente. ¡Y ES UN ERROR! No vamos a ser orfebres con unas pocas clases y, además, en este oficio nunca se deja de aprender. Solo tenéis que llenar vuestra alma de paciencia y pasión y los resultados no tardarán en llegar.