WILTON HERMOSO

Luego de las elecciones del 20 de mayo (2018), evento en el que se ratificó en la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela a Nicolás Maduro Moro, el pueblo, una vez más, le da la confianza al gobierno revolucionario para continuar con un proceso de cambios estructurales con orientación socialista. El presidente nuevamente convocó a un diálogo permanente no sólo con la oposición sino con todos los sectores que hacen vida en la sociedad venezolana. Hizo un llamado para que el pueblo y demás sectores realicen propuestas para la resolución de los problemas, muy especialmente con lo relacionado al tema económico. En tal sentido, se anunció la creación de una Gran Comisión Presidencial de Asesoría Económica para recoger las propuestas de todos los sectores del país. Es por ello que, considero oportuno aprovechar este espacio para apoyar una propuesta económica que nace de las filas de la izquierda, y que busca fortalecer nuestra moneda (El Bolívar) en complemento con otras acciones, que en materia económica, seguro estoy serán anunciadas en próximos días. Dicha propuesta tiene que ver con establecer una Paridad Fija del Bolívar con el Petro, con la cual, nuestra moneda saldría fortalecida y se atacaría directamente a la principal arma de la guerra económica que actualmente enfrenta Venezuela, el desgarrador y miserable dólar paralelo. Establecer un monto fijo del Bolívar con el Petro, y entendiendo que el Petro tiene un valor que corresponde a 1 barril de petróleo (aprox. 70US$), se pudiera entender que la cantidad de Bolívares establecida será equivalente a una cantidad de dólares que permitirá al venezolano de a pie oxigenarse económicamente. Se fortalecería el Bolívar, y el venezolano podría tener un arma con la cual defenderse de esta agresión económica que soporta día a día, con el aumento desproporcionado de los precios. Con seguridad podríamos comprar cotufas y disfrutar de la baja del dólar paralelo. Se buscará adquirir el Petro (equivalente a varios dólares) y no adquirir una divisa a un precio absurdo y sin ningún fundamento económico. Se le daría un golpe directo a la inflación, difícilmente encontrarían las excusas para la subida exagerada de los precios (en conjunto con medidas económicas firmes). El salario del venezolano saldría protegido, sería un salario fuerte, que permita al venezolano mejorar su condición económica. No competiría el Bolívar con el Petro, dado que esa situación afectaría o haría desaparecer la moneda nacional. En palabras del Profesor Emilio Hernández, quién expresa en un artículo de su autoría en el blog todo sobre derechos humanos: “No se puede permitir una fluctuación libre entre petros y bolívares porque el Bolívar corre el riesgo de hundirse frente al petro (Ley de Gresham)”. Aprovecho para invitar a leer el documento completo, el cual se titula: El Petro como Estabilizador de la Economía Venezolana en el que explica con mayor detalle la propuesta económica sobre la Paridad Fija Bolívar – Petro. Estamos con las herramientas a la mano para darle el “tatequieto” venezolano a los grandes poderes económicos, pero para ello, debemos aprovechar las bondades que nos ofrece la plataforma blockchain y la criptomoneda venezolana, El Petro. De tomarse decisiones acertadas con esta criptomoneda se pueden evadir las “sanciones” económicas que a nivel internacional buscan afectar al país. Para ello, necesitamos hombres comprometidos firmemente con el proceso revolucionario, verdaderos camaradas, tomando decisiones y poniendo las mejores prácticas en la Superintendencia de los Criptoactivos y Actividades Conexas Venezolanas (Supcriptove).

WILTON HERMOSO

Simón Bolívar dijo alguna vez: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”. Sin duda, una demostración de que Bolívar siempre fue un gran visionario. En la actualidad, no sólo se puede observar la veracidad de tal frase, sino que, tristemente podemos afirmar que se quedó corto!. Su plaga se extendió más allá de América. Sólo en los últimos días - quizás horas -, se pueden observar titulares de prensa sobre las sanciones que imponen los EEUU a países como Rusia, China, Corea del Norte, Irán, Nicaragua y claro…no faltaba más, nuestra (para muchos) amada Venezuela. Vale resaltar que, los países antes señalados, no son de los que se bajan los pantalones con EEUU, por el contrario, son críticos a su política intervencionista. A propósito, Canadá, México, Colombia, Paraguay, son países que no dudaron en apoyar las sanciones contra Venezuela. Indignos…históricamente!. Tranquilos pueblos, la referencia es a sus gobernantes. Por cierto, las sanciones a Rusia afectan a empresas europeas de origen Alemán, por lo que hasta Alemania estaría saliendo afectada . Y hablando de Europa…mientras redactaba este artículo, surgió una nota con respecto a Suiza, quién ahora se incorpora a la lista anterior, expresando su “preocupación” por Venezuela y pide desconvocar la Constituyente . Ahora bien, ¿Hasta cuando se permite que los EEUU, en nombre de extraños valores democráticos, de una supuesta defensa de los DDHH, de una ridícula liberación de pueblos oprimidos, sea capaz de destrozar cualquier país que no responda a su voluntad?. ¿Cómo lo hacen?. Pasos más, pasos menos. A través de los medios de comunicación se inicia una campaña diaria de ataque a un gobierno. Las noticias no siempre serán reales, pero sirven para envenenar, muy importante! Surgen acusaciones internacionales sobre violaciones a DDHH, las cuales no cesarán hasta que logren afectar negativamente la capacidad de análisis de propios y extraños. La corrupción, la inseguridad, las limitaciones que puedan existir, serán magnificadas; como si éstas fueran primera vez que ocurren o aumentadas sin proporción en el “mal gobierno” que se desea desestabilizar. Luego vienen las sanciones estadounidenses, limitando aun más el desarrollo de éstos países, las cuales, a pesar de que éstas ya hayan comenzado tiempo atrás, simplemente se oficializan. Y finalmente, intentan dejar un país destrozado moralmente, ahogado económicamente, con miedos, y fácil de intervenir. En el que aquellos, potencialmente bombardeables, sonrían al suponer que pronto llegarán los súper héroes gringos a salvarlos de tanta agonía. Sin embargo, y a pesar de lo difícil, se mantiene la esperanza de que (más temprano que tarde) sean cada vez más los países, que no cedan a las presiones de EEUU. Que la amplia mayoría, no permitan más vejaciones de ésta potencia Americana al resto del mundo. Sí, del mundo, porque el día en que aquellos aliados dejen de decirle Sí, hasta ese día sus intereses dejarán de estar protegidos. Hasta que la mayoría de los países alcen su voz y respondan con reciprocidad a cada sanción impuesta unilateralmente, seguro estoy que se podría tener un mundo mucho más justo.

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