Ronaldo Nieto
Una de las fotografías más icónicas del universo es la famosa Pilares de la Creación, obtenida por el Telescopio Espacial Hubble, y cuya primera edición lanzó a la fama al observatorio espacial luego del gran problema que representó el defecto óptico en su espejo principal que fue detectado después de su puesta en órbita. En 2015 el Hubble volvió a observar los Pilares de la Creación y nos regaló estas maravillosas vistas, una en luz visible (que es como lo veríamos con nuestros ojos) y la otra en infrarrojo. A lo largo de sus años en órbita el HST (Hubble Space Telescope) ha sido visitado por astronautas en cinco ocasiones para llevar a cabo las llamadas Misiones de Servicio, puesto que desde su construcción se planificó que tuviera la capacidad de ser reparado y actualizado. Los Pilares de la Creación no son en sí mismos una nebulosa, sino más bien una formación de gas en el centro de la Nebulosa del Águila (parte de Messier 16) ubicada a unos 7.000 años luz en la constelación de Serpens. Pero los hermosos pilares podrían no existir más, pues de acuerdo a una investigación llevada a cabo en 2007, estas formaciones de gas pudieron haber sido destruidas por una enorme burbuja de gas y polvo calientes producida por una explosión de supernova. Este hallazgo se pudo hacer gracias a observaciones del Telescopio Espacial Spitzer, capaz de ver el universo en infrarrojo (capacidad que el Hubble no tenía en aquel momento). De acuerdo a los cálculos hechos sobre la base de las observaciones del Hubble y Spitzer, en 2009 se publicó un estudio dónde se estima que a la onda expansiva de la supernova le faltaban aproximadamente 1.000 años para alcanzar los pilares, así que la humanidad tendrá que esperar todo ese tiempo para poder observar cómo estas bellas formaciones son destruidas por una supernova. Imagen: NASA, ESA/Hubble and the Hubble Heritage Team.
Ronaldo Nieto