Giusy Gil Mammana Parisi

El diario de Fermina: cap. V

2020-05-22 02:31:15

Queridos camers, estamos estudiando varias palabras típicas de Argentina: flaco por delgado, minita por chiquilla, bárbaro por estupendo. En Argentina, cuando alguien luce bien una prenda de ropa, se le dice que le queda bárbaro. También hay descripciones, que ayudan en el aprendizaje del idioma.

UNA LLAMADA SORPRENDENTE: acto segundo

-Carlota, ¿me podés decir lo que ocurrió con Elisa?

-Eso te lo va a decir ella misma cuando se verán en la escuela dominical.

-Carlota, por favor...

-Disculpa, Fermina. Pero no estoy de cotorra.

-Bueno, entiendo. Puedo hablar con Elisa?

-Fermina...- Carlotá pareció molestarse por mi petición.

-Por favor- empecé a suplicarla.

-Solo cinco minutos. Las llamadas salen caras. Ya tuvimos que gastar bastante con llamar a las demás minitas para que no la esperen por salir.

Lo que yo no hice. Ana e Isadora no deberían quedarse esperando en balde ni a Elisa ni a mí. Pero para mis padres no hacía falta llamarlas. Para ellos no es tan grave dejar colgadas a unas chicas de quince años. Cuando no me vean, lo van a entender, dijeron. Bueno, la verdad es que nosotros no podemos permitirnos de gastar con el teléfono a no ser cuestión de emergencia. Como ya había dicho, mi familia es bastante pobre. La familia de Elisa también lo es, pero ellos reciben ayudas por Carlota, que consigo concluir la normal con una calificación muy alta y ahora trabaja como maestra en un buen colegio. Y también Andrés, que trabaja de enfermero en una clínica privada de la ciudad, les echa una mano una y otra vez. Yo, si no fuera por mi querida abuela que se gasta toda su mísera jubilación para ayudarnos a nosotros, en este momento al salir de la escuela estaría trabajando de criada en bares, fregando platos. Con bastante detrimento de mis estudios, claro. Mi amiguita Elisa, por su parte, está asistiendo a la escuela de artes escénicas, que se encuentra en el mismo complejo de edificios escolares que abriga el mío. Mi amiguita no tiene el mismo aspecto de su hermana mayor, pero es muy graciosa, si bien de otra forma. Por lo visto, es bien más bonita que yo. Es un poco más alta que yo, flaca y elegante y todo lo que se pone le queda muy bárbaro. Tiene una cara estrecha y fina, realzada por su  corte chanel que le sienta muy bien a su pelo negro y liso. Todas las veces que me detengo mirando su barbilla de forma de corazón me pongo enferma porque luego pienso en mi rostro cachetón. Pero bueno, ya basta con las quejas sobre mi infeliz apariencia, vamos a escuchar lo que Elisa tiene que decirme...