Un personaje en mi País
El organillero: La razón de mi amor por el folklor mexicano. Siempre hay un poco más allá de lo vemos al pasar, por eso, quiero invitarte a que conozcas uno de los personajes más antiguos de mi país y que hasta la fecha siguen presentes.
Si nos vamos al inicio de la historia, debemos decir que este instrumento (el organillo), lo trajeron a México inmigrantes alemanes, ellos rentaban este instrumento a personas para que pudieran deambular por la ciudad haciendo sonar bonitas melodías y pudieran ganarse unos centavos, esto fue por allá de 1880.
La cosa no ha cambiado mucho, en la actualidad, es muy común salir los fines de semana con tu pareja o alguna amiga a caminar al centro de la ciudad, es hermoso porque te encuentras de todo, botargas, merolicos, magos, vendedores, danzantes afuera de la catedral, payasos, en fin,para donde sea que voltees vas a ver algo colorido e interesante.
Uno de estos personajes es el organillero. Tú vas caminando con tu elote en la mano (aquí comemos la mazorca con mayonesa, queso y chile, si te interesa, escribo sobre esto) y de entre todo el ruido comienzas a distinguir uno muy particular, es una melodía, generalmente es el Cielito Lindo, canción típica mexicana que data de 1882 y que ahora es muy conocida.
Como te decía, a medida que te acercas se escucha el crujir y la melodía de esta vieja caja compuesta por un mecanismo de tubos y un sistema de relojería que son manipulados por un manubrio, que a su vez es movido por el organillero, y cuando termina esa canción, comienza otra y así hasta un máximos de 8 melodías.
pero qué es lo interesante de todo esto: bueno, yo les he tomado cierto cariño desde pequeña porque cuando iba con mi padre por la calle y nos encontrábamos con alguno, papá siempre les daba (Y a hasta la fecha lo hace) una moneda, yo lo encontraba curioso porque noté que, en especial, a ellos siempre les daba algo, así que un día se me ocurrió preguntarle el porqué les daba dinero, me dijo que porque eso que hacían era su trabajo, difícilmente ganaban dinero de otro lado porque estar cargando una caja que pesa 50 kilos durante todo el día por toda la ciudad debía dejarlos lo suficientemente cansados como para tener otro empleo, me dijo también que ellos alquilan el instrumento y el uniforme y que de renta son aproximadamente $300 pesos diarios (algo así como 14 dólares) y que además deben sacar alguna ganancia para ellos y no solo para pagar el alquiler del instrumento, por último me dijo que los organilleros eran parte del folklor mexicano y que era necesario apoyarlos para que no desaparecieran y pudiéramos seguirlos escuchando al caminar.
Esta respuesta de mi padre me hizo admirarlo más de lo que ya lo hacía en ese entonces, me hizo tomar consciencia del trabajo que representaba para el señor organillero dedicarse a eso.
Uno solo pasa,los escucha y piensa “oh qué lindo” ó “Otra vez la misma canción de siempre” y criticamos o los ignoramos y pasamos de largo, pero no nos detenemos a pensar en todo lo que hay detrás, ignoramos que ése también es un trabajo y que esa persona también debe llevarse alimento a la boca.
Mi padre me hizo valorar el folklor de mi país y desde entonces apoyo con lo que puedo para que no desaparezca, por eso escribo aquí, quizás ahora que me lees, te acuerdes de esto cuando vengas de visita a México, es muy probable que te encuentres con un organillero que te tienda su sombrero, por favor, valora su trabajo, ellos están aquí en las calles para hacernos un poco más ligero el día, para endulzarnos el oído, sí con viejas canciones, qué importa, es parte de su encanto, por favor, regálales una sonrisa y aporta con una moneda porque vaya que se la han ganado, cargar 50 kilos por toda la ciudad bajo el sol, luchando por conservar nuestro folklore no es cosa fácil.
¡Gracias, señores organilleros!
y Gracias a ti por llegar hasta aquí.