Martin Manuel Sànchez

"CUANDO LA LUNA VENGA A VERME: PARTE 1" POR KRYST C. LYONELS: (MI SEUDÓNIMO) Cuando la luna venga a verme… bajaré del cielo un puñado de estrellas para coronar sus ricitos de girasol y encender junto a sus labios las chispitas del amor. Cuando esa Venus venga a verme, tallaré sus labios sobre la piel de cerezos, para degustar su fragancia y disfrutar de la espera de un torbellino de besos y rozar su piel de madera. Cuando mi princesa venga a verme, pintaré de luceros la noche, haré el amor con ella sobre un somier de crisantemos, sobre una sábana de sueños acariciaré su luz ingenua, si su dulce luz se me evapora, donde florecen las estrellas si los querubines se enamoran. Cuando esa diosa venga a verme, le escribiré un par de canciones… con los latidos de mi pecho y hacer estallar sus emociones. Cuando Afrodita venga a verme la llevaré destino al cielo, para mostrarle los planetas con sus satélites de fuego, para invitarla a deleitarse con pajarillos de canela, para robarle a su hermosura a la oscura sombra de sus huellas y hacer llover a cuentagotas sus lagrimitas de ciruela, para volar sobre sus alas como un zorzal hacia un cometa y naufragar sobre su cuerpo como un rocío de violetas, como un diluvio de caricias de un rosedal sobre sus tetas. Cuando mi dulce amada venga a verme, llenaré sus bolsillos de arcoiris de “te quiero”, volaré en un sueño como un poema hasta sus labios, cantaré baladas de sol, compraré un relámpago de besos con destino a la pasión. Cuando mi tierna luna venga a verme, la amaré sin tiempo ni espacio, cada caricia que nos demos, cada suspiro de menta que exhale su boca, cada cómplice mirada bañando de éxtasis nuestros rostros, cada rocío de sol, cada gota en el tintero del bello abrigo de sus brazos, simplemente, cada clave de sol en la que estallen los sexos, nos llenarán con el perfume de la más ardiente primavera, así, hasta que los ángeles de las arenas del ocaso vacíen las huellas del adiós, así, hasta que mi luna venga a verme.