Eduardo Ernesto Frías Jiménez

El y ella

2020-06-12 21:16:23

Hasta lo perfecto tiene imperfecciones

Antes conocida, antes deseada, claramente ignorado. No jugaban al mismo juego. Ella jugando a ser mayor, el un principiante en eso que llamamos vivir. A veces jugaban, claramente, no lo hacían en igualdad de condiciones. Él se sentía tal vez un juguete en sus manos, pero bastaba con mirarla para que se le nublara el juicio, no era amor, él era realista y sabía que mientras fuera solo un hombre y ella el sol, solo de acercarse sería cenizas. El mundo da vueltas, nunca una frase tan exacta. Ellos ni cerca ni lejos, solo compañeros, pero más unidos que nunca. Ella había dejado de ser sol, pero no dejaba de irradiar con su luz. Él se había girado a conocer a aquello que pronto sería la puerta a su felicidad. Otra empezó a verlo distinto y se adentró en la oscura cueva de su corazón, lo intentó pero carecía de la luz para encontrar algo que no solo fuera cariño y amistad. Celos, complicada palabra que no expresa más que el deseo de tener algo que no es tuyo. Ella desconocía que el siempre fue suyo, pero enmudeció y fue incapaz de expresarle aquello que había comenzado a sentir, en cambió se alejó. El mundo volvió a girar y los volvió a juntar, el desconocía lo que ella sentía y había intentado aparcar lo que había sentido por ella. Más juntos que nunca, no se separaban para nada y sin nunca mencionar sentimientos todo era una excusa para estar juntos, hasta que un día lo que ella había ocultado y lo que él había aparcado salieron a la luz en una conversación que era el principio del fin. Caminando despacio ella miraba un camino que antes había recorrido, el no podía ver nada a su alrededor solo había una niebla que con cada paso existía el miedo de chocar con algo que lo hiciera  sufrir. Cada vez con más confianza el roce de sus pieles los pregnaba de razones para seguir experimentando, pero ella estaba segura de lo que hacía él solo era un bosque que nunca había sido talado ni antes pisado por nadie. Ella no lo supo entender y buscó excusas para terminar algo que para ambos era bueno, el era su apoyo, ese lugar donde estar en paz, donde se desahogaba de los problemas que traía acuestas y para él ella era exactamente lo mismo. Él se sigue preguntando el porque algo idílico terminó y ella continúa sin saber explicar porque acabó. Porque quizas ni ella misma lo sabe.